Hoy os presentamos el libro “MADURANDO COMO MATRIMONIO Y COMO FAMILIA”, cuyo autor es Gerardo Melgar Viciosa, Obispo Prior de Ciudad Real desde abril de 2016. Licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Rector y profesor del Seminario Menor Diocesano. Vicario Episcopal de Pastoral, párroco de San José Obrero de Palencia. Creador y animador durante 18 años de grupos parroquiales de matrimonios jóvenes. Delegado diocesano de Pastoral Familiar. Administrador Apostólico de la Diócesis de Palencia desde enero hasta septiembre de 2006, en Sede Vacante. Vicario General. De julio de 2008 a mayo de 2016, Obispo de Osma-Soria y miembro de la Comisión de Apostolado Seglar y de la Subcomisión de Familia y Vida, de la Conferencia Episcopal Española, y miembro también de la Comisión Episcopal del Clero.
“Madurando como Matrimonio y como Familia” es un manual para matrimonios y grupos de matrimonios que trata en profundidad temas fundamentales de la vida en pareja, de forma muy práctica y directa. Se desarrolla a partir de la experiencia y el conocimiento del día a día de la vida matrimonial, usando como pilar fundamental la comunicación y el diálogo entre los esposos y apoyándose en el acompañamiento de otros matrimonios.
A lo largo de los siglos, la primera toma de contacto que ha tenido el ser humano con la trascendencia y la Fe ha sido a través de la familia. Esa primera evangelización se está perdiendo ante la creciente indiferencia por la persona y el mensaje de Cristo que está teniendo lugar en la sociedad actual. Eso hace que sea importante y urgente la evangelización de la familia para que pueda seguir siendo un espacio privilegiado de evangelización. Por ello el obispo Melgar propone con este libro una mayor formación y acompañamiento antes y después del matrimonio. A través de 17 temas para trabajar de forma personal, en pareja y en grupo, trata de dotarles de herramientas que ayuden a mantener el amor entre los esposos y en la familia.
Los temas que propone el Obispo Melgar son muy humanos, muy de la convivencia diaria, han sido desarrollados pensando en la realidad de las parejas. Basándose en su experiencia acompañando matrimonios y en la exhortación apostólica Amoris Laetitia, propone hablar de temas tan cruciales como la madurez y el conocimiento de uno mismo, el proyecto de vida en común, el diálogo y la comunicación diarias en la pareja, la sexualidad, las dificultades, la Fe personal y vivida en familia, la transmisión de valores a los hijos…; y trata de crear el tiempo y las condiciones para dialogar, abrazarse sin prisa, compartir proyectos, escucharse, valorarse, mirarse…
Dichos temas se estructuran en una primera parte en la que se exponen las ideas fundamentales, después unas preguntas para trabajar individualmente y después compartir en pareja y en grupo. Con esto se consigue crear un espacio en el que la pareja pueda hablar de sí misma y se plantee situaciones en las que quizá no haya pensado hasta ese momento. Por último cada tema tiene una oración que acompañará todo el tiempo que dure el desarrollo de ese tema y que ayuda a poner de manifiesto que Dios tiene mucho que decir en la vida de cada pareja, Dios está presente y quiere estarlo.
Al tratar los temas en grupos de matrimonios, los esposos recordarán el don que recibieron con el sacramento, tendrán ayuda de personas con experiencia que podrán acompañarles y guiarles cuando vengan las dificultades, acompañamiento en la difícil tarea de tener hijos y educarlos de forma responsable haciéndoles accesible la iniciación a la Fe. También tendrán la posibilidad de participar en la vida de la iglesia y responder a su llamada al apostolado, acompañando a otros matrimonios desde su experiencia, y de participar en las escuelas de padres.
Para que las familias vuelvan a ser un pilar fundamental en la evangelización de la sociedad, el obispo Melgar recalca que es importante acompañar a los matrimonios con una actitud plenamente misionera, hay que salir a buscar a las familias. La sociedad está tan desarraigada de lo trascendente que no va a ir a buscarlo, sino que hay que salir a buscarlos, a ofrecerles alternativas a animarlos, y mostrarles el evangelio a través de la propia experiencia de la Fe.