Adán y Eva: lo esencial en la Familia

Orar y pensar en torno a la primera familia

Te ofrecemos un documento para orar y reflexionar en torno a lo esencial en la familia y la experiencia de Adán y Eva. Se trata de poner en diálogo nuestra vida actual con esa historia que recorre los siglos hasta llegar a nosotros. Te proponemos tras la introducción que dediquemos un tiempo a orar y luego meditemos las materias primas de las siguientes páginas. Lo presentamos como frases cortas para facilitar su lectura y hacerlo más breve. Este documento puede servir para trabajar personalmente, en pareja, con la familia o en grupo.


Introducción

Ya desde el principio: sobre lo esencial

  • Adán y Eva están en el corazón más hondo de la cultura de la humanidad. Representan a toda la Humanidad en su conjunto, a cada uno de los seres humanos y también a ti aquí y ahora. El Génesis sigue siendo asombroso, actual y decisivo para nuestras vidas.
  • Todo existe para amar: el amor de Dios por el ser humano es el origen, explicación y esperanza de todo el cosmos y cada uno de nosotros. El Génesis no es un mito. Incluye mitos, pero no es un mito. El Génesis no es una teoría cosmológica, sino que nos muestra que la única teoría que lo explica todo es el amor.
  • El Génesis trata sobre lo esencial: originalmente se llama el “Beresit”, que significa “Ya desde el principio. En la traducción griega adopta el nombre de Génesis. El Génesis nos quiere transmitir que “Ya desde el Principio” –el Beresit- había un principio y fundamento.

Principio y Fundamento

  • En la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, lo primero que nos encontramos es también el “Principio y fundamento”, lo esencial: “El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma; y las otras cosas sobre el haz de la tierra son creadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es creado…” (Ejercicios Espirituales, no.23).Todo existe para amar.
  • La Creación y el origen y esencia que expresa el Génesis, también aparece al final de los Ejercicios, en la “Contemplación para alcanzar amor”, donde Ignacio nos invita a una visión que remite a la contemplación de la creación[1].

[1] Vamos a seguir principalmente las siguientes fuentes. Gerhard von Rad, 1972: El libro del Génesis (Ed. Sígueme, Salamanca, 1977). Josep Blenkinsopp, 1992: El Pentateuco (Ed. Verbo Divino, Estella, 1997). Jean Louis Ska, 2001: Introducción a la lectura del Pentateuco (Ed. Verbo Divino, Estella). Jacques Briend, 1977: Pentateuco (Ed. Verbo Divino, Estella).Este documento ha sido elaborado por CVX en España para JESUITAS FAMILIA.


Oración
Contemplación para alcanzar Amor 2

Una NOTA inicial. Primero, es conveniente para ti darte cuenta de dos cosas:

  • Primera, que el amor se debe poner más en las obras que en las palabras.
  • Segunda, que el amor consiste en comunicación entre las dos partes: es decir, el amante da y comunicaal amado lo que tiene o lo que puede, y, recíprocamente, el amado al amante también.

Dos PREÁMBULOS para comenzar:

  • Primero, hazte composición del lugar. En esta contemplación, sé consciente de que estás delante de Dios nuestro Señor, de los ángeles y de los santos interpelantes por mí. Piensa en los santos que más te mueven: Clara de Asís, Teresa de Jesús, Francisco Javier, Martin Luther King, Sophie Scholl, Óscar Romero…
  • Segundo, pide al Padre lo que quieres y deseas: en esta contemplación, pide conocimiento interno de tanto bien recibido, para que enteramente reconociéndolo, puedas en todo amar y servir a su divina majestad.

Cuatro PUNTOS para orar:

Primer punto

  • Trae a la memoria los beneficios recibidos de la creación y de la redención de Jesús. Trae a la memoria qué dones personales has recibido en tu vida.
  • Considera con mucho cariño cuánto ha hecho Dios nuestro Señor por ti y cuánto te ha dado de lo que tiene. El Señor desea darse a ti en cuanto puede.
  • Teniendo esto en el corazón, reflexiona lo que -con toda justicia y razón- tú debes ofrecer y dar al Señor: a saber, todas tus cosas y a ti mismo con ellas.
  • Ofrécelas y ofrécete con mucho afecto con estas palabras: Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer; Vos me lo distes, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.

Segundo punto

  • Mira cómo Dios habita en las criaturas: en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales dando sentir, en los hombres dando entender.
  • Y Dios habita en ti dándote ser, animando, dándote sentir y haciéndote entender. También haciendo de mí un templo, creado a semejanza e imagen de Dios.
  • Reflexiona como en el primer punto: Tomad, Señor…

Tercer punto

  • Considera cómo Dios trabaja y labora por ti en todas las cosas creadas sobre la faz de la tierra. Trabaja también en los cielos, elementos, plantas, frutos, ganados, etc., dando ser, conservando, vegetando y dando sentir…
  • Reflexiona como en el primer punto: Tomad, Señor…

Cuarto punto

  • Mira cómo todos los bienes y dones descienden de arriba: lo que vales, la justicia, bondad, piedad o misericordia descienden de arriba como del sol descienden los rayos y de la fuente las aguas.
  • Reflexiona como en el primer punto: Tomad, Señor…

COLOQUIO

  • Dialoga sobre todo esto con el Señor, mantén un coloquio íntimo y de corazón con Dios. Acaba con el Padrenuestro.

[2]Adaptación del texto para este documento. El original completo está en el libro de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola: Cuarta Semana, números 230-237.


Materias primas
El ser humano fue hecho para alabar, reverenciar (respetar) y servir

Dios se da a sí mismo al ser humano

  1. El Génesis presenta un Dios único: es personal, está presente, es natural, está en la historia, es vulnerable, es amoroso, cuida del hombre, se involucra con él.
  2. La primera acepción de “crear” procede de los textos más antiguos y expresa un crear en el que el sujeto, Dios, se implica materialmente. Él, con su propio hacer, hacía con su palabra (su persona) cada detalle de lo creado.
  3. El segundo sentido de crear no supone que Dios haga directamente las cosas. Dios crea llamando a existir, inspirando,dando ser, dando sentir. Por ejemplo, Dios no crea las plantas extendiendo cada pétalo o moldeando cada fruto, sino que llamó a la tierra a darlas. También los animales reciben su fuerza vital de la tierra, no de Dios.
  4. El hombre, en cambio, va a ser totalmente una creación personal y directa de Dios. No lo hace solamente con su palabra, sino que lo modela con sus propias manos.
  5. Dios se vincula a un compromiso directo y personal, mediante la creación de la vida del hombre, al que da su propio aliento. Es personal, Dios se involucra: Dios nos hace con sus propias manos, piel con piel, somos fruto de su caricia.
  6. Cuando finalmente decida redimir la unidad perdida, Dios mismo se hará “Adán”, hombre nuevo. No solamente hará un ser humano nuevo, sino que Él se dará a sí mismo como el nuevo ser humano peno.

Hechos por amar, hechos para amar

  • Dios crea a Eva al costado de Adán (no con una costilla), a su lado y abriendo su interior. Ese estar al lado uno del otro no es circunstancial ni físico, sino interior, compartiendo carne, vida e intimidad. Dios les da una misión clara: somos comunión, no estamos solos, somos amor.
  • El hombre no es para sí mismo sino para el otro y para cuidar la Casa Común. Desde el principio les hace dos encargos: acompañarse y cuidar el Edén.
  • El hombre es relacional. Estamos hechos para amar. Somos, como dice el Padre Arrupe, hombres y mujeres para los demás.

Dios crea con el ser humano

  • El Edén no es una tierra sólo para estar sino para cumplir juntos la misión de cuidar de ella. Estar con Dios siempre es creativo y activo, es la acción de amar.
  • Dios les encarga que juntos hagan crecer el Paraíso. Les pidió que hicieran crecer las plantas. El texto sugiere que irrigaron mejor aquel Vergel para que las plantas dieran fruto y los animales tuvieran su bebida.
  • Cuando se van del Edén, también hay un envío: a hacer crecer la tierra. Cuando Dios envía a Adán y Eva a la tierra exterior al Edén, les hace entrega de Semillas. Toda la historia de la Humanidad es hacer crecer las semillas que Dios pone en nuestras manos.
  • Fuera del Edén, Dios les llama a crecer y multiplicarse: hacer crecer a su alrededor los cultivos y a multiplicarse en los otros dando a luz nuevas generaciones.
  • Dios les llena de esperanza. Dios les promete algo todavía mayor que el Edén, una historia de amor inimaginable: se multiplicarán mucho más allá de donde les lleva su esperanza y su imaginación.

La vida de Adán y Eva en el Edén consistía en el Principio y Fundamento:

  • Alabanza: gratitud, amistad, comunión y diálogo con Dios. Disfrutaban de Dios con placer. Su vida era celebración.
  • Reverencia: reconocimiento y respeto por el otro (respeto también de su único ruego, no comer el fruto). Su vida era reconocimiento y compromiso personal conlos otros (Eva y Adán y ambos y cada uno con Dios).
  • Servicio: cuidar la Casa Común.
    • Dios les ha pedido que cuiden de la tierra y que se comporten como auténticos señores de ella del mismo modo que Él ha sido Señor de ella –y en el Paraíso mostró cómo se comportaba Dios como Señor de la Tierra, sin luchas ni injusticia entre las criaturas-. El dominio o señorío que les indica Dios es “a su modo”, el que han contemplado en el Paraíso: crear, amar y cuidar.
  • Alabar, respetar y servir son los tres verbos de todo amor, del amor por cualquier persona. El amor alaba (celebra al otro), respeta (reconoce) y sirve (cuida).

Un relato hecho desde la experiencia de destierro

  • El texto del Génesis lleva el sello de las personas que mucho han perdido. La Creación es un poema de destierro compuesto por exiliados que lo estaban viviendo en propia carne. Israel lo compone cuando ha sido vencido y sacado de su tierra al extranjero como esclavos. Tratan de comprender el origen de su situación. Su conclusión en sus escritos es que en la raíz de todo está el desamor e infidelidad a Dios y la confianza que han puesto en el mal y el poder. Es el núcleo del Génesis.
  • La cuádruple ruptura -consigo mismo, con los otros, con la tierra dada y con Dios- condujo al destierro a Israel y Adán y Eva.
  • Esa experiencia radical y crucial de fracaso arroja luz sobre qué es lo esencial en la vida. Así, despojados de sus ambiciones y vanidades, los israelitas del exilio saben ver qué es lo fundamental del ser humano.
  • No lo cuentan haciendo idealismos, sino que lo cuentan a través de la propia realidad humana con sus luces y sombras, buscando luz en el drama y también con humor. El Génesis es diametralmente opuesto al idealismo. El Génesis asume con realismo y compasión todas las dimensiones de la vida de las personas.

Adán y Eva incumplen el encargo del discernimiento

  • Adán y Eva no discernieron. Dios había encargado a Adán y Eva la tarea de discernir los árboles y frutos del interior del Paraíso. Había cuatro tipos de árboles y de uno no podían comer su fruto: árboles frutales de los que nutrirse, árboles ornamentales en los que contemplar la belleza, el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento.
  • Para salvarse de ese engaño, a Eva le faltó distinguir mejor qué había de falso en la sugerencia de la serpiente y qué significaba el Árbol del Conocimiento (o Árbol del Reconocimiento).
  • Adán y Eva se encontraron con el reto de discernir si era o no verdad aquello que sentían que les dijo la serpiente y explorar sus propios sentimientos. La riqueza sentimental interna de ambos es como la vida misma: sienten paz, ambición, soledad, miedo, traición, desnudez, vergüenza, etc. Como los frutos del Paraíso, en Adán y Eva hay un progresivo descubrimiento de sentimientos internos y de sus actos.
  • Engaño es la palabra clave del conflicto. Adán y Eva sufren una brutal experiencia de engaño, fracaso y pérdida. Eva se engaña a sí misma al creer que busca justicia al comer aquel fruto. Pensaba que era injusto que Dios no le dejara ser como Él. Luego, Adán y Eva se engañaron y reprocharon mutuamente. Ambos trataron de engañar a Dios.
  • Y eso llevó a la cuádruple ruptura: con Dios, consigo mismos, entre ellos y con la tierra del Paraíso de cuya intimidad habrán de salir. No supieron o quisieron discernir ese engaño.

Un Dios que se hace totalmente vulnerable

  • Dios confía en que Adán y Eva le ayudarán a cuidar el Paraíso para que siga creciendo y les confía algo todavía más importante: algo que les prohíbe comer. Dios, al hacer la prohibición se hace vulnerable: muestra su talón de Aquiles.
  • Dios les confía su debilidad, su corazón. Pueden herirlo. Deberían respetarlo y cuidarlo.
  • El árbol está desprotegido. No estaba defendido por ningún ángel, sino al antojo de los hombres, absolutamente accesible. El Génesis hace que la violación esté desprovista de heroísmo ni dificultad. Es simplemente traicionar una amistad. No debían hacerlo, pero fácilmente podían.
  • ¿En qué otra narración aparecía tan al alcance de la mano herir a Dios? Solo en ésta, porque es una historia de amor.

El mal nos hace de menos

  • La serpiente les hace sentirse esclavos, pero no tenían que liberarse de Dios. La serpiente miente al describir a un Dios celoso y propietario que no quería compartir. Dios ya les había dado todo lo suyo. El Edén no era la morada de dios, era la suya. No eran esclavos de Dios, eran sus amigos.
  • La serpiente les engaña para que se crean menos de lo que eran con Dios. Les dice que serán como dioses. Dios no impedía que el hombre fuera de naturaleza divina pues ya lo hizo semejante a Él.
  • Lo que no era posible era ser Dios al modo de los antiguos falsos dioses. Sólo era posible ser Dios al modo del único.Dios niega que pueda ser divino el poder, prevalecer, disputar, mentir, envidiar.
  • La serpiente les hace buscar su autodestrucción. La falsa promesa de la serpiente entrañaba secretamente la destrucción del propio Paraíso al convertir al hombre en un ser de poder y posesión, no un cuidador del amor.
  • Al creer a la serpiente, Adán y Eva quieren que Dios deje de ser Dios y romper lo divino y la unidad para llevarse una gran parte para sí mismos. Como el Hijo Pródigo que parte la herencia del Padre. Lo tenían todo, pero quieren ser dueños de tan solo un aparte.
  • Antes éramos uno con Dios y ahora queremos ser solos. Nos hemos empobrecido como seres humanos porque no nos reconocimos como hijos de Dios. Hemos caído bajo el mal de la pobreza.
  • Una y otra vez, el mal nos hace de menos. En Dios lo somos todo y únicos, en el mal no somos nada y estamos solos.

El árbol del Reconocimiento

  • El Árbol del Conocimiento no es el árbol de la Sabiduría porque ya en el Paraíso ellos tienen que discernir entre frutos.
  • No es el Árbol del Bien y del Mal porque ya ellos tenían juicio para distinguir verdad de mentira y bien de mal.
  • El Árbol del Conocimiento no es el Árbol de la Libertad pues ya ellos eran libres para comer o no. La serpiente pudo acercarse a ellos.
  • En realidad, el Árbol del Conocimiento era el Árbol de Reconocimiento, del respeto a Dios como persona, a quien es y cómo es. Adán y Eva hacen de menos a Dios y a sí mismos.
  • Al creer a la serpiente, quieren hacer que lo divino sea lo que no es. En vez de que sea amor, se creen que es poder.
  • El fruto prohibido era simplemente eso: la única parte de Dios que tenían que respetar, no tocar, no invadir, su corazón, don de Él era Él. Imaginemos el diario secreto, una carta íntima, “tus cosas”, aquellas que simbolizan tu intimidad personal. Eso era el fruto. Simbolizaba el respeto al otro, no ocupar al otro, no poseerle, respetarle.
  • Cuando Eva toma ese fruto y lo muerde, viola lo único que Dios les había pedido. Eva muerde lo único que Dios había pedido. Se come lo único que Dios les había pedido que respetaran con cuidado. Era un detalle, una nimiedad, solamente un fruto, pero lo allanan.

Una bomba de soledad y tristeza

  1. Cuando Eva muerde el fruto, la serpiente desaparece y ella queda sola. El mal nunca es compañía; ni siquiera mala compañía.
  2. Adán y Eva introducen la falta de respeto, la división, la soledad y la tristeza en el Paraíso. No hay alabanza (hay tristeza), no hay respeto (hay menosprecio), no hay cuidado. La destrucción amenaza el Edén.
  3. Ese vaciamiento y soledad del mal es una experiencia de desolación que hasta ese momento era desconocida en la vida de las personas.
  4. Eva enseguida busca la complicidad de Adán. Siente soledad. Adán también confía en el mal y expanden la soledad. El mal crea soledad y multiplica la desolación como una bomba de vacío.
  5. Adán y Eva no sienten principalmente miedo, sino vergüenza. No temen la venganza ni ira de Dios, sino que esencialmente están avergonzados de no haber tenido en cuenta su amistad, de haberle olvidado y traicionado.
  6. No saben cómo explicar su traición a quien les había dado todo. Ya tan sólo sentir el rumor de las huellas de Dios en su cercanía les hace demudar y ocultar su rostro para no ser vistos en su realidad. No soportan verse a sí mismos tal cual son, eso significa la vergüenza. Cuando uno siente vergüenza quiere esconderse de sí mismo, pero no hay lugar posible para no verse uno a sí mismo.

Elegir des-terrarse de Dios

  1. El Génesis no nos muestra a un Dios vengativo, sino que Dios asume laelección que han hecho Adán y Eva, respeta su libertad. Dios les hace ser conscientes de lo que han hecho, les muestra lo que han hecho de verdad. Les da claridad de discernimiento y ellos toman conciencia de su ruptura.
  2. La imaginería del Dios enojado y castigador no es fiel al relato. Dios no castiga a Adán y Eva, sino que les muestra el resultado de confiar en el mal. No les castiga con morir, sino que les describe la nueva realidad que han dejado entrar en sus vidas: “moriréis”. Es decir, os dejaréis unos a otros solos en vida.
  3. Violar el respeto y la unidad, fue morir. Ya lo han introducido en el Edén y dentro de ellos mismos. Dios no inventa la muerte, fue una elección del ser humano.
  4. Ellos mismos se quitan de esa tierra, se des-tierran. Porque la tierra es la cercanía con Dios y han elegido que entre Dios y ellos haya distancia. Libremente han establecido otra relación con la tierra (a la que tienen que cultivar), entre ellos (comenzarán una escalera de descendientes que sucederán generación tras generación), consigo mismos (Eva parirá con dolor y Adán sudará por su trabajo), con la propia vida (morirán) y con Dios (no estarán en su presencia física).
  5. Adán y Eva, que vivían en una absoluta comunión con Dios, eligen separarse de Él. Introducen en la realidad la división con Dios.
  6. A partir de ahora, Dios no será una evidencia, sino una elección: un descubrimiento y la Fe será un acto de vincularse a Dios. La Fe tiene sobre todo forma de vínculo de amor. Tener Fe es vincularse amorosamente a Dios, creer en su amor.

La mayor pobreza

  1. Dios no maldice imponiéndoles el trabajo, porque Adán y Eva ya trabajaban cuidando el Paraíso –llevando el agua a las plantas, por ejemplo-. Ahora el trabajo será un medio para esa otra relación que eligieron con la tierra. Dios acepta que hayan elegido la pobreza, empobrecerse. Pero les ofrece volver a Él, restaurar su amistad, reconciliarse.
  2. Han rechazado vivir del puro don de Dios y han querido valerse por sus propios medios. Ahora, efectivamente, tendrán que conseguir por sus propios medios alimento y protección: vivirán a la intemperie, sin la seguridad y dadivosidad del Paraíso.
  3. La pobreza radical del hombre no es morir, sino hacer el mal; incluso hacer el mal que no sabe (por omisión) y el mal que no quiere (pese a las buenas intenciones…).
  4. Pero, a la vez, hay una parte intacta (virgen) de Paraíso en nosotros y el mal, por mucho que sea profundo, nunca llega a tocarla. El Génesis muestra que el mal no estaba en nosotros, sino que le dejamos entrar desde fuera; sale a nuestro paso como la serpiente con engaño. El mal es una opción, no nuestra naturaleza.
  5. Dios amará al hombre desterrado. Incluso lo amará más, porque no tiene la evidencia de su presencia, es un ser perdido en búsqueda. Dios buscó al ser humano para amarle; ahora es el ser humano quien comienza una larga búsqueda a lo largo de la Historia y de cada historia personal para encontrarle y restaurar la unidad.
  6. Dios amó más al hombre, hasta que se entregó como hijo del propio hombre que le había engañado. Dios asumió él mismo la pobreza de ser humano, sufrir la tentación del mal, quedarse sin palabras y morir.

Gratitud comprometida

  1. Dios no se venga, pero Adán y Eva también reaccionan con amor.
  2. Al principio, Adán y Eva se reprochan uno al otro haber sido expulsados del Paraíso, pero es clave que la pareja no se rompe: la humanidad sigue unida afrontando su nueva condición. Dios quiere unidos a todos los seres humanos: no nos lleva a la absoluta soledad.
  3. ¿Cómo pudieron volver a ser felices Adán y Eva? Adán y Eva volvieron a reír, crecer, celebrar, disfrutar, hacerse un lugar, a vivir.
  4. Pese a tanto drama, si algo transmite el relato de la Creación es agradecimiento a la desproporcionada generosidad de Dios con los hombres.
  5. Adán y Eva no vivieron enfadados con Dios, sino que educaron a sus hijos en su agradecimiento. Caín y Abel rendían culto a Dios, le ofrecían parte de los frutos de su trabajo en gratitud por lo recibido.
  6. El duelo de Adán y Eva no destiló un sentimiento nostálgico. No se volvieron melancólicos. No vivieron presos de que todo tiempo pasado fue mejor, sino que confiaron en Dios. Asumieron el mandato de trabajar, servir y tener descendencia, de crecer, hacer tierra y ser una bendición.
  7. Adán y Eva aprendieron de aquel fracaso. Así, la memoria agradecida se hizo acción comprometida.
  8. Adán y Eva alababan a Dios, aprendieron a respetarle como persona (hacer reverencia) y a servirle de una nueva manera.
  9. El Génesis, pese a ser poema de exiliados, no rezuma amargura, ira, miedo, rencor, pesimismo ni angustia.
  10. Los israelitas desterrados que compusieron el Génesis presentan una historia abierta, no cerrada. Dios nunca cierra la historia. Por mal que se den las cosas, siempre hay una puerta abierta. En Dios ningún fracaso es absoluto. Nada puede fracasar en Dios. Dios protege el Edén y les echa, pero la puerta queda abierta: algún día la humanidad podrá volver a la plena comunión con Dios.

La esperanza de reconciliar

  1. En Dios siempre hay esperanza.
  2. La memoria agradecida y comprometida, tiene la esperanza de poder reconciliarlo todo en Dios para alcanzar de nuevo el pleno amor. Dios mismo les dejó claro tras la gran división, que era posible la plena reconciliación con Él. De ahí el sentido de los mandatos que les da.
  3. El mal no tiene nunca la última ni más profunda palabra. El mal no es interior al hombre: lo que es interior es la libertad. El mal es una palabra ajena al hombre, corrompe su diálogo consigo mismo (el discernimiento de Eva), con el otro (entre Adán y Eva) y con Dios (se ocultan con vergüenza).
  4. Pero la nueva tierra entraña una promesa, el amor incondicional de Dios pese a haber elegido separarse de Él. En cuanto aparece esa nueva realidad de separación, Dios señala el camino de la reconciliación.
  5. La vida de cada uno es el tiempo de restaurar la unidad, de elegir la amistad de Dios, de unirlo todo de nuevo en el amor.

La Iglesia, el nuevo Edén

  1. La única tierra eterna es el propio Dios, es su compañía. La única tierra verdadera y eterna es el amor.
  2. El Paraíso era la tierra del amor. Ahora, el amor será la verdadera tierra.
  3. Cuando Dios decida emprender la redención integral, no abrirá de nuevo el Paraíso, sino que se encarnará por Cristo, haciéndose él mismo tierra, barro y carne. El cuerpo resucitado de Cristo es el nuevo Paraíso.
  4. Que la humanidad forme un solo cuerpo, el cuerpo místico de Jesús, es restaurar el Paraíso.
  5. La Iglesia es la Tierra del amor con Dios, la Tierra de la unidad.